Últimamente la corriente del DIY (do it yourself / hazlo tú mismo) se está abriendo camino a pasos agigantados en el campo del marketing online en general y del diseño web en particular.
El pequeño emprendedor quiere hacerse su propia web, gestionar sus campañas de Facebook Ads, llevar el SEO de su sitio, etc.
El planteamiento por parte del emprendedor, llevado a su versión más simplista, es: Para qué voy a contratar a un profesional si puedo hacerlo yo mismo por mucho menos.
Y la respuesta del profesional, igualmente simplista, suele ser: Cuando tienes una gotera en casa ¿llamas a un profesional o te pones a arreglarlo tú mismo?
Reflexiones generales sobre la tendencia del “hazlo tú mismo”
Hasta hace unos años si querías montar un negocio no te quedaba otra que invertir un buen dinero en tu proyecto.
Licencias, local, decoración, stock, empleados, etc.
La vía online ha generado una alternativa a los negocios tradicionales y dicha alternativa ha venido de la mano de una reducción abismal de los costes de inversión.
Por otro lado, tenemos la crisis global que empezamos a padecer en 2008 y que dejó a muchísima gente con una mano delante y la otra detrás y/o en el paro.
Muchas de estas personas se han visto en la necesidad de emprender ante la falta de empleo por cuenta ajena, pero carecen de unos ahorros para invertir grandes sumas en un negocio tradicional.
Por último, hay que tener en cuenta que el acceso a la formación gratuita se ha democratizado gracias a Internet y ya puedes aprender a hacer casi cualquier cosa consultando el canal de Youtube de turno.
Mete todo esto en una cocktelera y tendrás la explicación al avance imparable del fenómeno Do It Yourself.
Ahora bien ¿Esta tendencia se está consolidando en todos los ámbitos?
Personalmente opino que no.
A no ser que seas un manitas, no creo que te pongas a hacer el falso techo de tu tienda, o las estanterías para mostrar tus productos.
Hay ciertas cosas que ni nos planteamos. Primero porque nos parecen extremadamente complejas. Segundo porque nos parecen peligrosas. Y tercero porque en algunos casos requieren una inversión en herramientas tan elevada que no ves el ahorro en hacerlo por tu cuenta.
Pero ¿Qué ocurre con las páginas web?
Pues que tienes miles de tutoriales para aprender WordPress, que poner en marcha tu web no te cuesta más de 150€ contando con el hosting, el dominio y una plantilla Premium y que además la puedes hacer cómodamente desde el salón de tu casa y al ritmo que quieras.
Además, no percibimos que hacer nuestra propia página web sea tan complicado ni peligroso como hacer un falso techo, por ejemplo.
Total, que la gente se anima a hacer su propia web y luego pasa lo que pasa.
Rara vez he visto una página bien hecha por un emprendedor que no se dedicara al marketing digital. El resultado general suele ser pobre, lo cual es lógico y normal si pensamos que hacer una web es mucho más que instalar WordPress y configurar una plantilla.
Las claves para hacer una web atractiva y rentable
Partamos de la base de que casi cualquiera que disponga de tiempo y unas mínimas habilidades tecnológicas puede instalar un WordPress y configurar la plantilla de turno.
¿Quiere decir eso que cualquiera puede hacer su propia página web?
Hombre, en el sentido más literal de la frase, sí.
Pero una web es mucho más que una plantilla, al menos si quieres que sea una web atractiva y rentable.
La gente suele preguntarme cómo hacer una web “profesional”, refiriéndose con el término “profesional” a una página bonita, bien optimizada a nivel técnico, capaz de posicionar en Google y lista para generar ingresos.
Y ahí viene el lío, no es lo mismo ser capaz de hacer tu propia web que conseguir un resultado medianamente aceptable.
Personalmente a una web profesional le pido:
- Que cargue en unos tiempos razonables.
- Que sea visualmente correcta.
- Que tenga textos bien trabajados, tanto en las páginas estáticas como en el blog.
- Que esté optimizada para posicionar en buscadores.
- Que esté bien pensada a nivel de marketing.
Hacer una web que cumpla con todas esas condiciones no es sencillo. Hay que empezar por definir una buena estrategia y llevar a cabo cada ajuste de la web con dicha estrategia en mente.
Así que tienes que saber tocar varios palos, diseño gráfico, copywriting, SEO, marketing, algo de código…
Muy pocos emprendedores son capaces de defenderse en todos los puntos anteriores, ergo muy pocos emprendedores serán capaces de hacer la web que se imaginaban cuando se metieron a hacerla ellos mismos.
La opción de contratar a un profesional para que te haga la web
Con lo que te he contado hasta ahora quizá hayas empezado a pensar que tu única opción para conseguir una web que cumpla en todos los apartados es contratar a un profesional.
Pero no saques conclusiones todavía.
Si contratas a un profesional… ¿Qué tipo de profesional va a ser?
Me explico, si contratas a un programador de php puro seguramente falle en temas de diseño y de marketing.
Si contratas a un diseñador gráfico reconvertido a diseñador web o a un perfil más enfocado al marketing se atascará con las cuestiones técnicas.
La realidad es que hay muuuy poquitos profesionales que te puedan dar un asesoramiento correcto en todos los aspectos.
En mi caso vengo del mundo de la publicidad, mi fuerte dentro del entorno web es el marketing y la estrategia. Si me apuras te podría decir que también domino el diseño porque me formé para ello, pero no es mi especialidad.
A base de hacer páginas y páginas con WordPress he ido aprendiendo de todo, pero no te imaginas la cantidad de problemas que he tenido a nivel técnico en estos años.
Y por supuesto no domino el SEO ni el copywriting, aunque me defienda con ambos.
El caso es que en mi equipo tengo un SEO profesional que solo hace SEO. También tengo un diseñador gráfico para los logotipos, identidades corporativas y demás creatividades. En breve se incorporará también un especialista técnico para ayudarnos con javascript, php y servidores.
De otra forma no podría dar un soporte completo a mis clientes.
Sin embargo, eso es lo que te venden muchos profesionales freelance.
“Yo te hago el logo, la web, la estrategia de captación de suscriptores, el SEO, gestiono tus redes sociales, campañas de Adwords y Facebook Ads y te mantengo la web a nivel técnico”.
Ya, y un huevo…
O eres una cosa o eres otra. No digo que no puedas defenderte en todo, pero en la mayoría de los casos los profesionales que están vendiendo todo este paquete de servicios no dominan ni la mitad de lo que venden.
Es más, podríamos hablar también de los profesionales que hay por ahí sueltos. Hoy en día solo necesitas publicar tu página y empezar a vender servicios de diseño web profesional, aunque no tengas ni idea de en qué te estás metiendo. Pero esta cuestión me daría para otra entrada entera, así que la dejamos para otro día.
Resultado, que el cliente se deja miles de euros en un proyecto pensando que estaba en manos de un profesional y al final consigue un resultado tan pobre, o peor, que si lo hubiera hecho él mismo.
Lo siento, contratar a un profesional para que te haga la web no siempre es tu mejor opción.
La situación ideal a la hora de hacer tu web
En un mundo ideal, a la hora de hacer tu web tendrías que contar con:
- Un diseñador gráfico que diseñara la interfaz y estructura de la web.
- Un programador que maquetara ese diseño de la forma más eficiente.
- Un copy que diera forma a los textos de tu web.
- Un fotógrafo que hiciera tus fotos o las de tu negocio.
Y una vez que la web se publicara también deberías invertir en al menos un especialista en marketing. Este podría ser un SEO, un consultor de Adwords, un especialista en Facebook, Ads, etc.
Así se hace en otros países y así lo hacen las empresas con un buen presupuesto para su plataforma digital. Pero claro, esto supone invertir miles de euros en tu web y en España no estamos para esos bailes, al menos en lo que al pequeño emprendedor se refiere.
Toca sacrificar algo.
Las dos opciones reales que tienes son contratar a un freelance o hacer tu propia web. Cada opción con sus ventajas e inconvenientes, así que vamos a analizarlas y luego te cuento lo que haría yo si fuera tú.
Ventajas de contratar a un profesional para que haga tu web
Tendrás tu web en menos tiempo
Evidentemente un profesional tendrá más soltura que tú haciendo páginas, así que tardará menos en tenerla lista. Esto te permitirá concentrarte en otras áreas de tu negocio y optimizar los plazos.
Te libras de problemas técnicos
En todos los desarrollos hay imprevistos. Un plugin que da una incompatibilidad, una funcionalidad de la plantilla que va mal, un problema con el hosting, etc.
Un profesional se pelea con estos asuntos por ti, así que tú duermes más tranquilo y conservas todo tu pelo.
Resultado óptimo
Si contratas a un buen profesional no cabe duda de que tu web quedará mejor que si la haces tú, casi con total seguridad.
Aquí la clave está en dar con un diseñador o equipo que sepa lo que hace, así que contacta a varios diseñadores, pídeles referencias, trabajos realizados y habla con ellos sobre la estrategia, la metodología, SEO, diseño, marketing…
Elegir un buen proveedor es crucial, así que asegúrate de que contratas a alguien cualificado.
Soporte y servicio de consultoría
Si el profesional te da soporte posterior al lanzamiento podrás recurrir a él cuando tengas dudas o problemas técnicos, con lo cual tendrás el respaldo de alguien que sabe más que tú sobre el tema.
Ventajas de hacer tu propia web
Coste mínimo
Si te decantas por una plantilla y plugins gratuitos tu web te puede salir por menos de 100€. Si en tu situación el factor económico es determinante esta será una ventaja incontestable.
Además, podrás destinar el dinero ahorrado a otras áreas importantes, como puede ser el marketing.
Aprendes a manejar tu web desde el primer día
Siempre digo que el lanzamiento de una web no es el último paso, es solo el primero.
Después tendrás que publicar en el blog, actualizar, instalar y desinstalar plugins, hacer landing pages, cambiar y añadir textos, etc. Cuanto antes empieces a manejarla, mejor. Y no vas a tener mejor aprendizaje que hacer tu propia web.
Nadie se va a implicar en su desarrollo tanto como tú
Es tu negocio, tu idea, tu proyecto, tu bebé. Nadie conoce tus gustos, lo que quieres transmitir, la filosofía del negocio, etc. como tú, así que nadie mejor que tú para definir cada aspecto de la web.
Te evitas malas experiencias con desarrolladores inexpertos
Si tienes un presupuesto amplio no tendrás problemas para contratar a diseñadores contrastados, así que seguramente todo irá bien, pero si vas justo de pasta te puedes encontrar con un buen profesional… o con un chapuzas.
Hay muy buenos desarrolladores que no son caros, no digo que todo el que cobre barato sea malo, ni mucho menos, pero todos los malos cobran barato, así que las posibilidades de encontrarte a un “aficionado” se multiplican.
Cómo decidir si hago mi propia web o si contrato a un profesional
Cada persona tiene sus circunstancias y cada proyecto sus singularidades, así que no creo que haya una opción correcta para todo el mundo, pero sí hay tres factores que te ayudarán a decidirte.
Tiempo vs dinero
O tienes tiempo o tienes dinero. Tiempo para aprender y hacerlo tú mismo o dinero para contratar a un buen profesional.
Si me dices que tienes un presupuesto de 6000€ para tu proyecto digital te digo sin dudarlo que lo contrates y te quites de líos.
Podrías destinar 1500€ a la web, 600€ a la identidad corporativa, 500€ a los textos de la web, 300€ a la fotografía, 1500€ a seis meses de SEO y todavía te quedarían más de 1500€ para hacer campañas de Facebook Ads o Adwords, por ejemplo.
Pero si tu presupuesto es limitado y tienes tiempo disponible te recomendaría que te remangaras y crearas tu propia web. Así ahorrarías pasta para otras partidas que vas a necesitar más adelante.
Tiempo o dinero. Esa es la cuestión. Si no tienes ninguno de los dos estás jodido.
Dificultad técnica
No es lo mismo hacer la web de un emprendedor unipersonal que un gran directorio, una web de hotel, o la de una inmobiliaria, por ejemplo.
Si eres un pequeño emprendedor es probable que tu web sea bastante sencilla, algunas páginas estáticas, blog, captación de suscriptores y poco más. En este tipo de webs la dificultad reside en definir una buena estrategia y trabajar correctamente la marca personal y los contenidos, pero a nivel técnico son páginas sencillas.
Otro tipo de webs más avanzadas son mucho más exigentes, los errores en las mismas son más frecuentes y es probable que necesites algún ajuste de programación a medida.
Si yo fuera tú ni me plantearía hacer una web compleja yo mismo. Te puedes tirar semanas peleándote con ella y al final tener que llamar a alguien para que te la termine. Lo sé porque un porcentaje elevado de los presupuestos que recibo son de este tipo.
Tus habilidades
Tanto a nivel informático, como de diseño, marketing, copywriting, etc.
Si no sabes ni por dónde empezar con tu web quizá sería recomendable que no la hagas tú mismo, te llevará mucho tiempo ponerte al día de todo lo que tienes que manejar, al menos si no cuentas con alguien que te ayude.
Si por el contrario ya estás al día de algunas de estas cuestiones el proceso se te hará mucho más llevadero.
Sé honesto contigo mismo y valora si te merece la pena el esfuerzo que vas a tener que realizar.
Algunos pensamientos sobre el “hazlo tú mismo” en diseño web
Llevo haciendo páginas web desde hace siete años y en este tiempo he conocido a un montón de emprendedores que se han hecho su propia página, lo cual me da una visión bastante completa sobre las dificultades y ventajas que implica.
Como casi todo en la vida esta tendencia tiene sus pros y contras. No creo que esta opción sea para todo el mundo, pero sí opino que es una alternativa muy válida en algunos casos.
Doy por hecho que las empresas con suficiente presupuesto para contratar este servicio no van a hacer su propia web, así como los emprendedores unipersonales que puedan invertir una cantidad generosa en su proyecto digital.
Estas reflexiones están centradas, por tanto, en el pequeño emprendedor unipersonal que tiene limitaciones económicas, pero que dispone de tiempo y ganas para hacer su propia página web.
Las dificultades técnicas pueden volverte loco
La inmensa mayoría de emprendedores que intentan hacer su propia web se atascan con cuestiones técnicas. De hecho, este tipo de consultas son las más comunes en mi bandeja de entrada.
Y no me extraña, yo mismo las he pasado canutas en muchos momentos para resolver este tipo de problemas, así que mi consejo en este sentido es que utilices buenas herramientas y que te limites a hacer cosas sencillas.
No te metas en jardines intentando hacer webs complejas ni utilices plantillas y plugins difíciles de configurar. Infórmate bien sobre dichas herramientas antes de empezar con la web para no tener que rectificar sobre la marcha.
Empieza con lo mínimo e invierte a medida que creces
Conozco gente que en su momento contrató un diseñador profesional, se gastó un buen dinero en marketing y aun así el proyecto no funcionó.
Cuando esto ocurre no es culpa del diseñador.
Generalmente esto pasa porque el proyecto no es viable, el producto que se pretende vender no tiene una demanda real o porque la estrategia no ha sido la adecuada. En cualquier caso, el hecho de tener una web híper profesional y carísima no hará que tu producto se venda.
Tal y como están las cosas me parece más interesante empezar con una web básica y valorar si el proyecto tiene potencial antes de invertir grandes sumas en ella.
Ahora mismo me viene a la mente el caso de Beatriz Mora o Javi Pastor, dos emprendedores que no son diseñadores y que hicieron una primera versión de su web sencilla, con sus limitaciones, pero con unos contenidos y unas ideas muy buenas.
Sus proyectos crecieron como la espuma y cuando lo consideraron oportuno contactaron con diseñadores profesionales para que rediseñaran sus webs, pero empezaron en modo DIY.
Esta fórmula te permite minimizar los riesgos, valorar las posibilidades reales que tiene tu proyecto y cambiar de rumbo si fuera necesario sin tirar por la borda lo invertido hasta ese momento.
Hay una cosa que tengo clarísima, una web de apariencia normalita con grandes contenidos triunfará sí o sí.
Al contrario no funciona.
Hay cosas más importantes que tu web
Tu web es fundamental para el éxito de tu proyecto digital, evidentemente, pero te diría que hay otros tres pilares igual de importantes, o más:
- Tus contenidos.
- Tu estrategia de marketing.
- Tu estrategia de monetización.
Como te he dicho antes, tu web es solo el primer paso, cuando la publiques empezará el trabajo de verdad.
Si tu presupuesto es limitado te diría que la web es lo primero que puedes hacer tú mismo.
Desde luego yo no me metería a hacer campañas de Adwords sin saber, ni tocaría el SEO de mi web más allá del onpage. Te la estarías jugando.
Un buen especialista en Facebook Ads, o alguien que te cree un embudo de ventas eficaz también serán inversiones más rentables que la propia página.
Tenlo en cuenta cuando decidas en qué vas a invertir el presupuesto disponible.
WordPress es autogestionable, el cliente va a cambiar todo
He visto decenas de veces cómo una web diseñada con todo el mimo era destrozada por un cliente.
Una vez que le entregas la web, el cliente toma el control de la misma, cambia fotos, añade textos, botones, popups, banners, etc. Y poco a poco la web va cambiando, generalmente a peor.
La única forma de que esto no ocurra es que el cliente llame al diseñador para hacer los cambios, pero la gracia de una web autogestionable es precisamente que el cliente no tiene que depender del profesional, así que rara vez le pide este tipo de cambios.
Las páginas van evolucionando en función de las capacidades del usuario final que la modifica, no duran mucho con su apariencia original, por tanto considero imprescindible educar al cliente para que sus modificaciones no dañen la estética ni rendimiento de la web.
Si el cliente no tiene ni idea de lo que está haciendo ¿Qué más da que la web la haga él desde el principio o que contrate a un profesional? Al final se la va a cargar de todas formas.
Expectativas frente a realidad
Desde mi punto de vista entiendo que no hay ningún problema en que hagas tu propia web, siempre y cuando seas capaz de sacrificar algunas cosillas y seas consciente de tus limitaciones.
Con esto me refiero a que no esperes que tu página te quede tan chula como la demo de la plantilla que te enamoró, si no eres diseñador gráfico o no tienes fotografías de la misma calidad es imposible que llegues a obtener un resultado tan atractivo.
Pero esto no tiene por qué ser un inconveniente insalvable.
Con que tu web no haga daño a la vista será suficiente. Si sigues unas mínimas pautas de diseño y evitas ponerte en plan “artista poseído por la inspiración” tu web puede tener una apariencia muy decente.
Y eso es suficiente.
Recuerda que más adelante, si todo va bien podrás contratar a alguien que la mejore, pero de momento lo único que tienes que conseguir es que tu web no espante a tus visitas.
Busca ayuda
El hecho de que hagas tu propia web no quiere decir que tengas que hacerlo absolutamente todo solo.
Por ejemplo, puedes:
- Contratar a alguien que te haga la primera configuración técnica, instalación de plugins y demás ajustes y luego tú vas añadiendo el contenido a tu ritmo. Con ese espíritu nació este servicio.
- Hacer tu web desde cero y contratar a alguien para que te lleve el mantenimiento posterior.
- Hacer tu web y contratar los servicios de marketing online como el SEO, Adwords o publicidad en Facebook.
¿Tú has hecho tu propia web? ¿Qué tal te salió? ¿Qué opinas de que la gente se haga su propia página en lugar de contratar a un profesional? ¿En tu nicho también se está imponiendo el Do It Yourself? ¿Ofreces servicios o vendes formación? ¿Cómo te afecta a ti esta tendencia?
Fuente: https://www.arturogarcia.com/